Como comenté en una entrada anterior, el Reloj de la Pasión de Jesucristo fue ideado por San Alfonso María de Ligorio (1696-1787), sacerdote y religioso italiano, obispo católico y fundador de los redentoristas, como una meditación de la pasión de las últimas 24 horas de Jesús en la tierra.
Fue beatificado el 15 de septiembre de 1815 y canonizado por el papa Gregorio XVI el 26 de mayo de 1839. En 1871, Pío IX lo declaró doctor de la Iglesia.
A principios del siglo XX, Luisa Piccarreta (1865-1947), tras experimentar a los 17 años un «éxtasis religioso», similar a santa Teresa de Jesús, quedó postrada en la cama durante el resto de su vida recibiendo la eucaristía en su misa diaria y experimentando visiones a lo largo de los 64 años siguientes hasta su fallecimiento.
Luisa Piccarreta publicó, a través de su confesor y guía espiritual Aníbal María de Francia (1851-1927), el libro Las horas de la pasión, fruto de sus revelaciones y de sus propias experiencias, según se dice.
Juan Pablo II canonizó a Aníbal María de Francia el 16 de mayo de 2004. Luisa sigue esperando su posible canonización como santa de la Iglesia católica.
El Reloj de la Pasión, ya sea recitativo o cantado, se ha recogido también por tradición oral debido a que se ha incorporado a la devoción popular de muchas localidades. Se canta o recita el Jueves Santo donde se repasa hora a hora la vida de Jesús. Se trata de un ejemplo más de los cánticos piadosos populares que alimentan el fervor religioso de la Semana Santa.
©Antonio Lorenzo
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