miércoles, 5 de febrero de 2025

Casamiento de Juan Pindago con Antonia la pajarera

 

Continuando con los casamientos estrafalarios que aparecen en diversos pliegos sueltos, añado otros dos ejemplos que recogen la misma historia, aunque con diferencias textuales entre ambos y seguidos en cada uno de ellos con otras composiciones diferentes. En el primer pliego se anticipa como Hecho por la tía Pelambra, mujer del señor Capa-rota; maestro de apurar cuartillos, y en el segundo se habla del casamiento de Juan Pindago con Antonia Bufa la Ampolla, lo que adelanta el tono satírico de la composición.

Ambos pliegos enmarcan su historia en el reino de Murcia, donde el tal Pindado insta a su madre a que le encuentre una joven y buena moza para casarse, algo propio en el inicio de este tipo de pliegos de casamientos grotescos de los que ya hemos dado cuenta en otras entradas. La madre reprocha a su hijo el que quiera contraer matrimonio por carecer de dientes, pero dialogando con su madre le comenta que se quiere casar porque "se le ha recalentado el puchero y no lo puede aguantar". La madre, en confabulación con la parienta, conciertan la boda con una tal Antonia, que resultó ser tuerta, patituerta, manca y tartamuda y con más de ciento cuatro años. Las características físicas del novio tampoco dejan mucho que desear, ya que con más de ciento veinte años era tuerto, sordo, tullido y baldado y teniendo la potra (barriga) como un tambor, con lo que se remata el chiste sin ser patarata.

Tras el excéntrico casamiento del primer pliego se incluyen al final cinco trovos con sus correspondientes glosas. El "Trovo" es el nombre asignado a una variada composición estrófica que tiene que ser desarrollada, explicada o ampliada mediante la llamada "Glosa", que a su vez admite diferentes tipos de estrofas, como cuartetas (consonantadas o asonantadas), quintillas, espinelas o décimas. Las glosas desarrollan o [des]glosan la estrofa matriz según el patrón estrófico establecido previamente. En el caso del primer pliego cada trovo en forma de cuarteta se desmenuza mediante cuatro quintillas donde su último verso corresponde a cada uno del trovo en cuestión. En este caso, los cuatro trovos de los que consta el pliego con sus correspondientes glosas vienen a constituir ejemplos palmarios de misoginia contra las mujeres.

En el frondoso mundo de los pliegos de cordel los vocablos "Trobos" o "Trovos", ya aparezcan con «b» o con «v», suelen presentarse con diferentes formas estróficas para distinguirse de los más conocidos romances o relaciones tan abundantes en los pliegos sueltos, pero que merecerían por sí mismos una mayor atención como fuentes documentales al no formar parte de las antologías que recogen solamente composiciones satíricas o jocosas de los poetas considerados cultos en el siglo XIX.

El trovo, aparte de sus diversas formas estróficas y variedades territoriales, es también una composición para ser cantada y glosada como arte de improvisación para trovar o repentizar poesía, a lo que se une la controversia entre los contendientes en verso que lo practican y que se enfrentan entre ellos haciendo gala de su ingenio elaborador de versos. Por citar solo algunas muestras es notorio citar el bertsolarismo vasco, el glosat en Cataluña e Islas Baleares, el trovo murciano y el trovo alpujarreño, así como el punto cubano en décimas propio de las Islas Canarias.





En este segundo pliego Antonia la pajarera se convierte en una tal Antonia bufa la ampolla, que viene a sugerir que sopla una botella que se la bufa o que hace lo que le place con sentido cómico.

A continuación de la boda aparecen en este caso otras composiciones de claro sentido antifeminista, como Los Olgazanes (sic) sobre el aprovechamiento de vivir callado y a costa de la mujer; Las Criadas, de las que hay que tener prevención a medida que pasa el tiempo; La Canción de la negrita, exaltando su atractivo, y por último un Trovo donde se glosa y se sostiene las ventajas de callarse.





©Antonio Lorenzo

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