Jusepe Leonardo Chabacier (ca. 1625-1630) |
Isidro, santo legendario, habría nacido hacia el 1082 y fallecido hacia el 1172, según se recoge en llamado Códice de San Isidro, conocido también como el Códice de Juan Diácono. Redactado en latín medieval donde se narra la vida de Isidro y algunos de sus milagros, fue descubierto en la madrileña Iglesia de San Andrés el año 1504 cuando se realizaba un inventario de bienes eclesiásticos.
En dicho códice medieval, de finales del XIII, se dice que estaba casado y que tenía un hijo, pero no se cita en ningún momento el nombre de su mujer, aunque expresa que asistió como esposa sumisa y discreta a uno de los milagros más significativos de su marido y que le acompañó diligentemente en el momento de su muerte.
A partir del siglo XVI se consideró fundamental otorgar una cierta visibilidad a la esposa del santo para engrandecer a su marido, donde mediante adiciones se le adjudicó el nombre de María Toribia, pasando luego a ser conocida como Santa María de la Cabeza, cuyo cambio de nombre es objeto de especulaciones de difícil aceptación documental histórica, apoyado tan solo desde un punto de vista legendario. Fue beatificada en 1697 y canonizada por Benedicto XIV en 1752, celebrado su festividad el 9 de septiembre.
Una de las fuentes posteriores más influyentes sobre la leyenda de San Isidro es, entre otras, la hagiografía sobre el santo compuesta por Alonso de Villegas en 1592 donde reinterpreta y añade milagros. La figura del santo fue recreada por el propio Lope de Vega por encargo de fray Domingo de Mendoza, alimentando la devoción al personaje entre las clases populares.
La leyenda de San Isidro está envuelta de imprecisiones, sobre todo por la gran cantidad de milagros posteriores atribuidos gracias a su intervención, entre los que destaca la mediación para la obtención de lluvias para las cosechas y ser benefactor de aguas milagrosas y medicinales, como se recuerda popularmente cada 15 de mayo en la famosa ermita de su nombre.
A raíz de la celebración del Concilio de Trento (1545-1563), en respuesta a la Reforma protestante de Lutero quien criticaba abiertamente el culto a los santos medievales por su falta de rigor histórico, la Contrarreforma incrementó su veneración valorando la difusión de reliquias. La ventaja de San Isidro frente al reparto y proliferación de reliquias es que su cadáver se conservaba incorrupto en un arca que sufrió también algunas vicisitudes y traslados, sepulcro conservado actualmente en la madrileña Real Colegiata de San Isidro desde el requerimiento de su traslado por el rey Carlos III en 1769.
El Isidro de Lope de Vega y su repercusión popular impresa
El incremento de la devoción popular al santo tiene mucho que agradecer al gran Lope de Vega. En 1599, pocos años después de la hagiografía de Alonso de Villegas, Lope de Vega, con apenas 19 años, publicó, a instancias del encargo de Fray Domingo de Mendoza su célebre composición narrativa en verso: Isidro. Poema castellano (sin especificar su santidad, algo que todavía entonces no era vigente), germen de las tres comedias posteriores dedicadas al santo. La literatura popular impresa, recogió enseguida determinados episodios y fragmentos recogidos en la obra de Lope, inspirando la proliferación de pliegos de cordel, aleluyas o estampas en siglos posteriores. Su Poema castellano está dividido en diez cantos donde se repasa la biografía del ilustre labrador junto con algunos de sus más renombrados y atribuidos milagros.
El proceso de canonización de San Isidro comenzó de forma oficial en 1592 teniendo en cuenta sobre todo la producción narrativa de su vida y milagros, así como lo transmitido por tradición oral con todo lo que conlleva de adiciones y alteraciones sobre su biografía histórica. Conseguir testimonios veraces, ya sea de San Isidro o de cualquier otro santo, es una cuestión de fe, no de documentación fidedigna, y así hay que entenderlo.
Isidro fue beatificado en 1619 por el papa Paulo V, siendo canonizado posteriormente por el pontífice Gregorio XV en 1622. El Papa Juan XXIII extendió el patronazgo de San Isidro a los agricultores y campesinos españoles por la Bula Agri Culturam dada en Roma el 16 de diciembre de 1960. Esta declaración sirvió para extender su culto a muchas localidades agrícolas, no sólo de España, sino del mundo entero.
La edición facsimilar que he manejado de la original obra de Lope de 1599 pertenece a mi colección particular y fue editada en 1935 con motivo del tercer centenario del fallecimiento de Lope de Vega por la Academia del Instituto de San Isidro, tan célebre en la capital madrileña,
Auca moderna con la vida del santo en imágenes y la celebración festiva en su día |
El milagro del pozo - Anónimo (siglo XVII) |
El milagro del pozo, por Alonso Cano (ca. 1639) Museo del Prado |
San Isidro en oración, por Bartolomé González Serrano (1622) |
Hornacinas a San Isidro y a Santa María de la Cabeza en el Puente de Toledo de Madrid (1735) |
Francisco de Goya - La pradera de San Isidro (1788) |