lunes, 24 de abril de 2023

Durmiendo tres noches con este papelito... tendrás novio

 

Trovos amorosos editados en Madrid por la imprenta de José María Marés en 1852, con instrucciones para las niñas que no tengan novio y la propuesta para conseguirlo.




©Antonio Lorenzo

miércoles, 19 de abril de 2023

Pasillo jocoso de la visita del hospital

Ilustración del pliego editado en Madrid por José María Marés en 1846

Un ejemplo más de la relación entre el teatro breve con los pliegos de cordel es este pliego reimpreso con asiduidad por distintos talleres de la geografía española. El más antiguo que he localizado es el proveniente del taller madrileño de José María Marés en 1846, aunque el que reproduzco fue reimpreso posteriormente en Carmona, aunque no figura la fecha, por la conocida imprenta de José María Moreno.

El pliego comienza con la conversación entre el médico y el enfermero a causa del temprano fallecimiento de un enfermo y la ajetreada vida de entonces de ir de hospital en hospital, lo que da pie al médico a comentar la idea generalista de que si muere el enfermo es que el médico es un animal y, si por el contrario, logra vivir, ello es debido, no a la intervención médica sino al milagro de San Blas.

Tras su llegada al hospital general el médico comienza a atender a diversos pacientes donde se desarrolla un simple y satírico diálogo según los síntomas del enfermo ante las preguntas del médico y sus recetas histriónicas, donde tras tomar el pulso y preguntar por los síntomas a cada paciente aconseja o receta toda una serie de prácticas que sin duda provocan la risa de los espectadores, como las píldoras mercuriales, sanguijuelas, el mondongo de un borrico con dos fanegas de sal, las nalgas de una beata que antes se debe quemar, los polvos de la marquesa o los de la caja de fray Blas, etc.

El pasillo, como subgénero impreciso y ambiguo del teatro breve está relacionado con el teatro por horas y con el llamado género chico. Se trata de una breve pieza teatral que busca preferentemente la risa y el regocijo de los espectadores. Estas piezas populares resultan relevantes para comprender la interacción de teatro y público del siglo XVIII en adelante, como queda recogido en numerosos pliegos de intencionalidad lúdica y poco estudiados en su conjunto. Dentro de los subgéneros teatrales del siglo XIX, los libretistas suelen emplean de forma caprichosa distintas denominaciones, como pasillo, cuadro de costumbres, episodio, etc., lo que manifiesta su carácter híbrido.

El pasillo, de estructura más sencilla y simple que la de el sainete, busca despertar la hilaridad de los espectadores o lectores de estos impresos populares mediante un rudimentario diálogo. Estos pliegos no tienen como última finalidad su representación dentro de un teatro, sino también en la calle con la posible participación del público.





©Antonio Lorenzo

sábado, 8 de abril de 2023

Consideraciones sobre la pasión y muerte de Jesucristo

 

Un ejemplo más de los muchos pliegos editados con motivo de la pasión y muerte de Cristo es el impreso por José María Marés en Madrid, en 1851. El pliego comienza con los muy conocidos versos de El rastro divino [Índice General del Romancero, IGR nº 1537], del que se conocen numerosas versiones con variantes o añadidos al ser utilizados también como oración de gran popularidad en todo el ámbito panhispánico.

Las muchas muestras recogidas oralmente como oración suelen acabar más o menos con los siguientes versos:

Quien esta oración dijera   todos los días del año 
sacará un alma de pena   y la suya del pecado. 
Quien la sepa y no la diga,   quien la oiga y no la aprenda, 
el día del juicio verá   lo que se contiene en ella. 





©Antonio Lorenzo

viernes, 7 de abril de 2023

Vida, pasión y muerte de nuestro Redentor Jesús


La temática de contenido religioso en los pliegos de cordel es muy extensa. En la literatura popular impresa no solo abundan sucesos que relatan crímenes pasionales, burlas y chanzas de contenido satírico o composiciones y canciones de moda entresacadas de representaciones teatrales, sino que también existe gran número de pliegos de contenido religioso con fines más o menos devocionales que resultaban fáciles de vender al tener buena acogida.

La Semana Santa es uno de los períodos que sustentan muchas de estas composiciones donde se hace hincapié en todo el recorrido de la Pasión de Cristo y donde también aparecen elementos de contenido pagano o supersticioso o con referencias a los evangelios apócrifos. Es por ello que la temática religiosa en los pliegos de cordel han de estudiarse no solo desde un punto de vista generalista, sino también desde una perspectiva particularizada, ya que en ellos aparece una extensa variedad y multiplicidad de elementos que sobrepasan y van más allá de la enseñanza ortodoxa del catolicismo.

La continua reedición y reimpresión de los pliegos por distintos talleres, en las que no suele figurar el autor de las composiciones hace difícil, salvo escasas excepciones, atribuirlos a un determinado autor. Todo ello va asociado a que fuesen recitados y aprendidos de memoria lo que dificulta aún más su atribución a su origen o autoría.

Independientemente del contenido socialmente admitido por las enseñanzas de la iglesia, nos movemos en un mundo donde sus contenidos entremezclan variados aspectos al descansar en lo que solía ser un acto colectivo de lectura, memorización y de recitados varios.

La vida, pasión y muerte de Cristo es uno de los temas recurrentes en este tipo de composiciones de los que reproduzco este disperso recorrido en el pliego editado en Valencia por la hija del conocido impresor Agustín Laborda, de nombre María Teresa Laborda y Devis, continuadora de la tradición impresora familiar entre 1820 y 1830, según datos obtenidos del Diccionario de las imprentas que han existido en Valencia desde la introducción del arte tipográfico hasta el año 1868, de José Enrique Serrano y Morales, Valencia, Imprenta de F. Domenech, 1898-1899.









©Antonio Lorenzo

jueves, 6 de abril de 2023

Recorrido de la pasión de Cristo en veinticuatro horas

 

Como comenté en una entrada anterior, el Reloj de la Pasión de Jesucristo fue ideado por San Alfonso María de Ligorio (1696-1787), sacerdote y religioso italiano, obispo católico y fundador de los redentoristas, como una meditación de la pasión de las últimas 24 horas de Jesús en la tierra.

Fue beatificado el 15 de septiembre de 1815 y canonizado por el papa Gregorio XVI el 26 de mayo de 1839. En 1871, Pío IX lo declaró doctor de la Iglesia.

A principios del siglo XX, Luisa Piccarreta (1865-1947), tras experimentar a los 17 años un «éxtasis religioso», similar a santa Teresa de Jesús, quedó postrada en la cama durante el resto de su vida recibiendo la eucaristía en su misa diaria y experimentando visiones a lo largo de los 64 años siguientes hasta su fallecimiento.

Luisa Piccarreta publicó, a través de su confesor y guía espiritual Aníbal María de Francia (1851-1927), el libro Las horas de la pasión, fruto de sus revelaciones y de sus propias experiencias, según se dice. 

Juan Pablo II canonizó a Aníbal María de Francia el 16 de mayo de 2004. Luisa sigue esperando su posible canonización como santa de la Iglesia católica.

El Reloj de la Pasión, ya sea recitativo o cantado, se ha recogido también por tradición oral debido a que se ha incorporado a la devoción popular de muchas localidades. Se canta o recita el Jueves Santo donde se repasa hora a hora la vida de Jesús. Se trata de un ejemplo más de los cánticos piadosos populares que alimentan el fervor religioso de la Semana Santa.





©Antonio Lorenzo

lunes, 3 de abril de 2023

Saetas de los mejores artistas

Julio Romero de Torres - La saeta (1918)

El amplio recorrido de la literatura popular impresa en hojas sueltas alcanza hasta mediados del siglo XX y algunos años posteriores. A lo largo de su trayectoria sus contenidos han ido lógicamente variando en relación con la sociedad de la época. En esta última etapa fueron frecuentes la publicación de letras de canciones debido a la influencia de la radio y de los espectáculos donde intervenían los artistas de entonces.

Un ejemplo de ello, y que llegué a conocer personalmente junto a José Manuel Fraile Gil en la venta callejera, fue la oferta de toda una clase de contenidos en variedad de papeles coloreados con textos y letras de canciones más o menos conocidas por entonces y que también fueron impresas en folletos personalizados donde se recogían los textos más conocidos de sus intérpretes.

Adjunto estas pequeñas muestras de las saetas interpretadas por los mejores o más conocidos y significativos artistas de la época.

La Semana Santa es el tiempo de interpretación de las saetas donde en ellas se unen el quejío, el fervor y la plegaria al paso de las preferentemente procesiones en Andalucía. La saeta se interpreta "a palo seco" o "a solo", esto es, sin acompañamiento de un instrumento y donde caben distinguirse estilos y matices personales propios.

La llamada saeta remite a toda una serie de formas musicales salmodiadas desde el llamado preflamenco de mediados del siglo XIX en un largo proceso de evolución hasta constituirse como uno más de los palos flamencos de estilo libre que responde a la personalísima interpretación del artista, aunque los estudiosos distinguen referencias de carácter local o de ejecución e interpretación a lo largo de su evolución como repertorio musical en lo que constituye toda una construcción cultural a tener en cuenta.

El cante por saeta admite diversas clasificaciones, entre ellas la saeta por seguiriya, por toná o martinete, también por las llamadas "cuarteleras" (modalidad de martinete asociadas a cofradías de Semana Santa), aunque en realidad se trata de una forma de cante propio cuyas frases musicales son fundamentalmente de ritmo libre dependiendo de cada artista. 

De unos años a esta parte hasta se han creado Escuelas de saetas para su enseñanza atendiendo a la variabilidad y características de interpretación propias de cada población, como la de Marchena (con más de treinta años de recorrido), Puente Genil o Castro del Río, entre otras.

Desde un punto de vista estrófico hay que considerar la hipótesis de que las saeta pudiera ser una especie de forma desgajada de romances, cuartetas o quintillas o de antiguas representaciones sacras que poco a poco fueron independizándose de sus fuentes. De ahí la importancia a tener en cuenta la profusión de pliegos de cordel de temática religiosa sobre la pasión de Cristo en el ámbito popular.

Como apunte simplemente curioso, en estas hojitas se menciona al que fuera conocido como el Niño de Marchena o Pepe Marchena, de nombre José Tejada Martín (1903-1976), cantaor de controvertido carisma, tanto dentro como fuera de los escenarios, cuyas grabaciones en discos remontan a la década de los años veinte, así como su intervención en distintas películas a partir de la década de los años treinta. 

Otro aspecto que merecería una mayor atención es el referido a los autores de las letras, alguna de ellas atribuidas a Antonio García Padilla, poeta y letrista de coplas andaluzas, bajo el seudónimo "Kola", colaborador también de Rafael de León y de Manuel Quiroga y padre de la polifacética artista Carmen Sevilla.

Estas hojitas fueron editadas en Madrid por la imprenta de M. R. de Llano alrededor de los años cincuenta del pasado siglo.









Para saber más

Un pionero en la recopilación y el estudio de las saetas en la temprana fecha de 1929, es Agustín Aguilar y Tejera a través de su libro Saetas populares, editado en Madrid por la Compañía Ibero-Americana de Publicaciones, S. A., donde nos ofrece en un suculento e iluminador prólogo todo un recorrido sobre sus reminiscencias, variedades y opiniones sobre estas manifestaciones de religiosidad popular, a lo que también se añaden transcripciones musicales. 

La obra puede consultarse a través de la Biblioteca Nacional de España.


©Antonio Lorenzo

sábado, 1 de abril de 2023

Máximas, proverbios y refranes por "El buen Sancho de España" [Abril]

 
Continuando con ejemplos de refranes propios de la sabiduría popular recogidos en la temprana obra de José María Sbarbi y Osuna (1834-1910), Colección metódica de máximas, proverbios, sentencias y refranes, publicada en 1862, aunque oculto bajo el pseudónimo de "El Buen Sancho de España", entresaco lo relativo al mes de abril bajo las etiquetas de meteorognosia (conocimiento de los fenómenos atmosféricos), labranza, zootecnia, moral, economía, higiene y administración.













©Antonio Lorenzo