Un ejemplo más de un pliego, de carácter pretendidamente burlesco, donde se nos muestra a un pobre riéndose de un rústico, en lo que podríamos etiquetar sin complejos como una verdadera agresión verbal hacia un “ganso”, en el sentido de patán, rústico o palurdo, que no sabe desenvolverse bien por la ciudad que visita.
SI bien en el pliego no aparece el autor de los versos, algo muy común en los pliegos de cordel, sí que nos ofrece unas claves don Juan Valera en su novela Mariquita y Antonio, publicada de forma incompleta por entregas en 1861 en el periódico “El Contemporáneo”. Rastreando en ella nos sugiere la noticia sobre el autor del pliego (si es que hemos de darle crédito a lo expuesto en una obra de ficción) atribuyéndolo a un tal Pepe, un mozo del café granadino de Pedro Hurtado.
El pliego describe la visita de un rústico (un ganso) a la ciudad de Granada donde, en contraposición a la vida rústica, encuentra a personajes estrafalarios para él y describe también, de manera torpe, entre otros, el templo de la Virgen de las Angustias, hasta que entra en una botillería donde pide horchata imitando pretendidamente el habla popular andaluza propio de un hombre del campo.
Reproduzco dos pliegos: el primero, editado en Madrid por José María Marés, sin fecha; y el segundo, editado en Sevilla, sin año, por la Imprenta y Librería de don José Guillermo Fernández.
Abundando en esta misma temática añado un enlace a una entrada anterior, que trataba también el recurrente tema del rústico que visita una ciudad y no sabe desenvolverse.
Reproduzco dos pliegos: el primero, editado en Madrid por José María Marés, sin fecha; y el segundo, editado en Sevilla, sin año, por la Imprenta y Librería de don José Guillermo Fernández.
Abundando en esta misma temática añado un enlace a una entrada anterior, que trataba también el recurrente tema del rústico que visita una ciudad y no sabe desenvolverse.
El ganso en la botillería
El ganso de la catedral
©Antonio Lorenzo