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lunes, 11 de noviembre de 2024

Clamores de las doncellas por las dificultades para encontrar maridos


La idea de que las mozas solteras deseaban casarse prontamente refleja una visión que, desde el punto de vista actual, resulta controvertida y propia de la mentalidad de entonces, donde la mujer casadera admitía gustosamente su dependencia al patriarcado masculino. El pliego hay que contextualizarlo, como se señala en el mismo, en la época donde se desarrollaron las contiendas civiles entre los llamados cristinos y los carlistas.

A lo largo del siglo XIX se produjeron una serie de enfrentamientos civiles entre los apodados cristinos (en referencia a María Cristina, viuda de Fernando VII, quien asumió la regencia cuando la futura reina Isabel II solo contaba con tres años), frente a los carlistas, opuestos a una política liberal y partidarios de adjudicar el trono español a Carlos María Isidro, hermano del fallecido rey Fernando VII.

«Unos se llaman carlistas
Otros se llaman cristinos
Lo cierto es que nosotras
Nos quedamos sin marido». 

El pliego se detiene en señalar las dificultades para encontrar marido debido a las guerras entre los distintos partidarios y donde las mozas casaderas se lamentan por la falta de encontrar hombres adecuados.

La posición de las mujeres ante estos enfrentamientos, que no toman partido por uno u otro bando, se quejan solamente por las dificultades para encontrar maridos convenientes.

«Dicen nuestras madres
con mucha tristeza,
no os caseis hijas
durante esta guerra;
Que sin son cristinos
no pueden comer,
y si son carlistas,
hartos de correr».

Este pliego suelto se encontraba a la venta en la librería barcelonesa de José Lluch, sita en la calle de la Libreteria, al que que añado a continuación, para contextualizar históricamente aquella desgraciada etapa, un par de hojas con la referencia al conocido Abrazo de Vergara entre el general Espartero (liberal) y el general Maroto (carlista) que puso fin a la primera guerra carlista el 31 de agosto de 1839, aunque luego prosiguieron los enfrentamientos durante dos guerras más.

La actividad editorial de Josep Lluch, como responsable del pliego y del par de hojas añadidas, comenzó en los años veinte del siglo XIX prolongándose al menos hasta el año 1860, según puede deducirse de los pies de sus publicaciones, y cuyos tacos xilográficos pasaron posteriormente en buena medida al también conocido impresor Juan Llorens quien los reutilizó de nuevo en su imprenta.







Para saber más

Benito Pérez Galdós, en la tercera serie de sus Episodios nacionales, escrita entre 1898 y 1900, retomó de nuevo la historia de España recreando los acontecimientos históricos tras la muerte de Fernando VII y las confrontaciones entre los liberales, que apoyaban a la regente María Cristina, frente a los carlistas defensores del hermano del rey fallecido.


©Antonio Lorenzo

sábado, 26 de octubre de 2024

El submarino Peral, lo que pudo ser y no fue

Litografía de José María Mateu de 1889 (BNE)
El marino y científico militar Isaac Peral (1851-1895) fue el inventor, a finales del siglo XIX, del primer submarino con propulsión eléctrica y con la capacidad de lanzar torpedos sin tener que emerger a la superficie, lo que posiblemente hubiera evitado la pérdida del imperio colonial español de ultramar y el desastre de 1898. A pesar del éxito de las pruebas llevadas a cabo las autoridades desecharon el extraordinario invento promoviendo toda una etapa de desprestigio contra el inventor. Las controversias, espionajes y desacuerdos sobre este importante invento acabaron desechando su puesta en práctica.

La construcción de este primer submarino eléctrico comenzó en el Arsenal de la Carraca en Cádiz bajo un estricto secretismo inicial. Tras diversas y exitosas pruebas se realizó su botadura en la bahía de Cádiz en septiembre de 1888.

Tras unas campañas de desprestigio, espionajes de otras potencias extranjeras y desavenencias políticas, el ilustre inventor del novedoso submarino eléctrico no vio correspondido su extraordinario invento por los oscuros intereses que dirigían la política española. Un controvertido error de Peral fue el aceptar por parte del pueblo el presentarse en una parcial candidatura a diputado a Cortes por el Puerto de Santa María frente a otro candidato, hijo del entonces ministro de Marina, José María Beránger, quien no le perdonó que alcanzase un mejor resultado que su hijo. En su etapa como ministro en el gobierno de Cánovas se dedicó a perjudicar el proyecto del submarino de Peral oponiéndose a su desarrollo como arma submarina.

Un grave defecto fue el no guardar con cuidado el secreto de la invención, ya que se llegaron a publicar los planos y secretos técnicos antes de su construcción definitiva, lo que fue aprovechado por potencias extranjeras a consecuencia del desinterés en las pruebas públicas en la bahía de Cádiz y la no presencia de autoridades militares, aunque observadas por cientos de periodistas internacionales en las distintas pruebas efectuadas por el submarino.

Un interesante y oscuro personaje en todo este proceso fue la intervención del inglés Basil Zaharoff, intermediario en la venta de armas y falsos submarinos a países como Grecia, Turquía y Rusia. Especialista en sobornos y fichado por el Servicio de Inteligencia Británico se mostró muy interesado en la innovación que suponía el submarino de Peral de cara a sus intereses y beneficios.

El invento del submarino, de tan exigua trayectoria, fue superado técnicamente, aunque diez años más tarde, por la armada de los Estados Unidos, por lo que dicho invento primordial no fue reconocido hasta ya fallecido su propulsor y reconociendo su valiosa aportación que no se utilizó en su tiempo como hubiese debido. Su desmantelamiento fue clave para la pérdida de las posesiones españolas de ultramar, como las de Cuba y Filipinas, lo que hubiera cambiado el curso de las batallas navales. George Dewey, almirante de la fuerza naval estadounidense, al rememorar su victoria sobre la escuadra naval española en Santiago de Cuba, cita en sus memorias: «Si España hubiese tenido allí un solo submarino torpedero como el inventado por el señor Peral, reconozco que yo no habría podido mantener el bloqueo de Santiago ni 24 horas».

Tras los reconocidos éxitos de las pruebas que pasó el submarino, en 1891 fue desmontado por partes salvándose solo el casco que permaneció durante cuarenta años en el Arsenal de La Carraca hasta que fue remolcado a Cartagena, ciudad donde nació el ilustre Isaac Peral. La supremacía naval que hubiera supuesto la participación de tan importante e innovador invento frente a los modernos navíos de guerra norteamericanos no se alcanzó al quedar desarticulado como arma de guerra.

No deja de resultar llamativo el que, en el pasado año 2023, el actual alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, junto a la alcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, presentaran del 17 al 23 de marzo una réplica a escala real del submarino de Peral en el Paseo del Prado frente al Museo Naval a modo de escaparate para la conmemoración del Día Mundial del Submarino, aunque sin referenciar ni tener en cuenta todo lo acaecido en su oscura trayectoria, ya que nunca participó en una guerra. Su objetivo era el reivindicar el papel primordial de la defensa marítima que tiene Cartagena y ensalzar la labor de la Armada española en los mares: «de la que tan orgullosos nos debemos sentir y que tanta gloria ha aportado a la historia de España». 

El pueblo ensalzó la figura de Peral como un héroe, obviando por desconocimiento la injusticia histórica cometida por los gobernantes, dando lugar a la composición de distintas piezas musicales propias de la época, como polkas, valses, tangos, habaneras, pasodobles, pasacalles o mazurcas y hasta obras de teatro, como las estrenadas en Sevilla y Málaga en abril de 1889.


           

Los pliegos

En este primer pliego se recoge de forma socarrona y burlesca, no exenta de misoginia, el inverosímil deseo de Peral de dotar como tripulación de su submarino a modistas, cigarreras y verduleras de quince a veinte años, lo que seguramente impediría la acción de guerra de un barco extranjero al distraerse con su presencia.

Su autor, Francisco Jiménez, natural de Almería, aparece también en otros pliegos de parecida factura como "Coplas nuevas y divertidas para cantar los amantes a sus damas y ellas sepan corresponder a sus amantes".





Los siguientes pliegos, aunque alabando superficialmente la importancia del descubrimiento de Peral, les sirve de motivo para incluir como acompañantes de los marineros a mozas de oficios diversos que demostrarán sus habilidades, todo ello envuelto en un sentido misógino, aunque edulcorado con sus referencias a su atracción y osadía. Aparte de esta claros prejuicios y estereotipos sobre la figura de la mujer y sus precarios oficios lo que se saca en conclusión es la estrechez de la vida de los marineros respecto a sus precarias condiciones de trabajo.

En el segundo pliego reproducido se integran muchos de los versos del primero, pero en la segunda parte del "Bonito tango del submarino Peral" se ensalza la vida de su inventor y la importancia de su descubrimiento alabando la protección del señor Casado. Este señor Casado se refiere al Carlos Casado del Alisal, procedente de la Pampa Argentina y que ofreció de forma altruista a Peral 200.000 libras esterlinas para sufragar su proyecto y que el ilustre marino depositó en el Banco de España notificándolo a sus superiores. Tras las pruebas exitosas realizadas a principios de 1890, a lo largo del transcurso del año el Consejo de Marina anunciaba que el prototipo de Peral no dejaba de ser "una curiosidad técnica sin mayor trascendencia", lo que hizo que se abandonara el proyecto y que Peral devolviese la donación aportada. Tras todo ello, no dudó en solicitar su apartamiento y la licencia absoluta de la Armada.










Para saber más



©Antonio Lorenzo

domingo, 7 de abril de 2024

Una bandera liberal contra los Borbones

 

La ilustración que figura en la cabecera del pliego ya nos sugiere el contenido del mismo. En ella aparece el progresista general Prim montado a caballo y portando una bandera con la proclama "libertad y unión", siendo aclamado con sombreros en alto, adhesiones incondicionales y con referencia al motivador himno de Riego que cantaba la columna comandada por Rafael del Riego durante su pronunciamiento de 1820 reivindicando la Constitución de 1812 (conocida como La Pepa). Para contextualizar el pliego es conveniente situarse en la fecha de su edición, correspondiente al año 1868 y coincidente con la llamada "Revolución Gloriosa" o "Revolución de Septiembre", lo que supuso la destitución y la salida al exilio de la reina Isabel II, dando pie al periodo denominado como "Sexenio Democrático" (1868-1874). 

El 18 de septiembre de 1868 los generales Prim y Serrano, junto con la escuadra del almirante Copete, se sublevaron en Cádiz contra la política avalada por Isabel II, lo que condujo a la unión de numerosas agrupaciones locales levantándose contra la política autoritaria y represiva apoyada y avalada por la reina, lo que motivó que tuviese que salir de España y huir a Francia. La batalla del Puente de Alcolea sobre el Guadalquivir marcó el rápido desarrollo de estos hechos.

Tras la destitución y el exilio de la reina Isabel II las fuerzas políticas convocaron elecciones generales buscando una normalización de la situación, que se celebraron el día 15 de enero del siguiente año. Para ello se formalizó una coalición progresista-liberal formada por La Unión Liberal, partido político fundado en 1854 por O'Donnell y encabezado entonces por Juan Prim, el Partido progresista de Francisco Serrano y los Demócratas "cimbrios", grupo político surgido tras la revolución de 1868, así denominados en referencia metafórica a aquellas tribus que lucharon en su día contra la República Romana en el siglo II a. C.

La animadversión de gran parte de la población a la figura del rey consorte Francisco de Asís de Borbón, casado con su prima hermana Isabel II en 1846 tras desecharse otras candidaturas. Debido a su condición de homosexual propició el que difundiesen unas coplas que fueron muy repetidas, como las siguientes: 

Gran problema es en la corte
averiguar si el consorte
cuando acude al escusado
mea de pie o mea sentado.

Paco Natillas
es de pasta y flora
y orina en cuclillas
como las señoras.

Las Cortes Constituyentes, formadas tras las elecciones generales, redactaron una nueva Constitución que fue aprobada el día 1 de junio de 1869 nombrando regente y presidente al general Serrano, antiguo amante de Isabel, donde se excluían a los Borbones mientras se buscaba un nuevo rey para España. La animadversión hacia los Borbones queda reflejada en gritos vociferados por una gran mayoría popular como ¡abajo los Borbones! o ¡abajo la Isabelona, fondona y golfona! Lo que entonces no se podía sospechar era que la misma dinastía acabaría volviendo más adelante con la figura de Alfonso XII, hijo de Isabel II y de su amante de entonces, el militar valenciano Enrique Puigmoltó, tal y como la propia reina se lo insinuó a su hijo: "hijo mío, la única sangre Borbón que corre por tus venas es la mía".

En el mismo año del nacimiento de Alfonso, en 1857, el pueblo ya cantaba en las Navidades coplas como las siguientes: "los pastores son, los pastores son / los primeros que en la Nochebuena / supieron que el nuevo Borbón / era hijo del valenciano Moltó... Otra copla difundida por los carlistas se refería también a los amantes de Isabel II: "Clamaban los liberales / que la reina no paría / Y ha parido más muñecones / que liberales había. Las coplas populares, en su relación también con los pliegos y hojas volanderas de entonces, funcionaron a modo de sátira política durante el final del reinado de Isabel II, como puede apreciarse en los versos de un anónimo poeta en uno de aquellos impresos revolucionarios.

¿Dónde vas, Isabelona,
con cara de jabalí?
«Me han quitado la corona,
voy camino de París».
La perdiste por bribona
no se puede consentir
que además de una ladrona
fueras tan puta, jolín.
Conquistaste, campeona,
sin cañón y sin fusil,
en la cama comodona
más hombres sola que el Cid.
España no te perdona
tanto continuo desliz,
que eres golfa por borbona,
más no se puede decir.
Presumes de beatona
y te has llevado a diez mil
soldados a la poltrona
que no consiguieron huir.
Y de civiles, glotona,
la lista no tiene fin,
tan larga que colecciona
todo varón de Madrid.
Te pasaste de mandona
y de furcia de postín;
si te queda una neurona
no vuelvas más por aquí.
Vete, vete, gordinflona,
vete en el ferrocarril,
líbranos de tu persona,
que estamos hartos de ti.

Las críticas por cambiar la situación dominante de entonces y su intento por alcanzar una igualdad generalizada, al margen de la monarquía y de la poderosa influencia eclesial, se aprecia en el contenido de los pliegos reproducidos de una forma incisiva y argumentada. La edición del pliego se sitúa poco antes de la propuesta de unas elecciones generales, como se deduce a través del llamamiento a los militares para defender la igualdad y el mantenimiento sin interferencias de la palabra dada e incitando al elector a votar un nuevo régimen político frente a la política autoritaria y represiva de los dirigentes de entonces, como Narváez o González Bravo.

La convocatoria electoral buscaba el establecimiento de un régimen democrático y la búsqueda para establecer una monarquía parlamentaria o bien una república. Ateniéndonos a lo que sucedió posteriormente, ya sabemos que gracias a la intervención del general Prim se proclamó de nuevo una monarquía con la figura de Amadeo de Saboya (1871-1873), a la que no pudo asistir su valedor como consecuencia de sufrir un misterioso atentado, aún sin esclarecer definitivamente, el 27 de diciembre de 1870 en la madrileña calle del Turco (hoy calle del Marqués de Cubas) y que acabaría causándole la muerte.


Amadeo I ante el féretro de Juan Prim

Tras lo sucintamente expuesto paso a reproducir el pliego al que añado a continuación otra interesante publicación donde también se resaltan estos hechos.







©Antonio Lorenzo

viernes, 24 de febrero de 2023

La maja del Barquillo celebra la feliz llegada a Madrid de Carlos III

Goya - Baile de majos y majas a orillas del Manzanares (cartón para tapiz)

No cabe duda de que la entrada de Carlos III en Madrid en 1759 procedente de Nápoles para asumir el trono de España ocasionó un enorme revuelo en la población festejando su llegada.

La cabecera del pliego reproducido hace referencia a la maja del Barquillo, aludiendo al castizo barrio de Madrid tan característico en el siglo XVIII. El majismo fue un movimiento estético e ideológico de gran alcance social entre las clases populares, principalmente en Madrid, como forma de protesta frente a las modas extranjeras y a los cambios sociales protagonizados por los afrancesados, como queda reflejado en las fuentes literarias, principalmente en los sainetes y las tonadillas donde se recogen las costumbres sociales de la época de Carlos III.

Los habitantes del entonces conocido barrio popular madrileño del Barquillo eran conocidos con el sobrenombre de chisperos, al igual que se aludía a los majos del barrio de Maravillas (actual barrio de Malasaña) o a los manolos o chulapos, propios de los barrios de Lavapiés y Latina. Cada barrio se fue configurando en relación a los diferentes oficios que regentaban. Los majos del barrio de Maravillas solían ser carpinteros, zapateros, alfareros y comerciantes en general, mientras que los manolos o chulapos del barrio de Lavapiés solían dedicarse al curtido de pieles mientras que las chulapas solían ser modistillas, fruteras, cigarreras o floristas, obviamente de una forma muy generalizada.
 
El apelativo chispero hace referencia a que en dicha zona el herrero era uno de los oficios más extendidos durante los siglos XVII y la mitad del XVIII en los solares que hoy ocupan las Salesas Reales y sus calles adyacentes. Don Ramón de la Cruz se inspiró en aquellos tipos populares para contextualizar algunos de sus entretenidos sainetes.

La rivalidad entre los grupos de población madrileña de los diferentes barrios era frecuente, tanto es así que los llamados manolos, de aspecto más acicalado, llamaban chisperos a los del barrio del Barquillo por su aspecto más desaliñado y sucio debido al gran número de fraguas en la zona.

El pliego reproducido añade un elemento más a lo expresado en la entrada anterior sobre la entrada en Madrid del nuevo monarca que puede consultarse a través del enlace:

https://adarve5.blogspot.com/2023/02/seguidillas-de-las-vasallas-con-motivo.html


Lorenzo Quirós - Ornato de la Puerta de Guadalajara con motivo de la entrada a Madrid de Carlos III

La maja del Barquillo que da título al pliego resalta por seguidillas la invitación al nuevo rey y a su mujer, Amelia de Sajonia, a visitar a los artesanos del barrio, escrito por un autor del que no he encontrado referencias.





De similar contenido laudatorio es este otro pliego del que adjunto la plana inicial.


©Antonio Lorenzo

sábado, 18 de febrero de 2023

Seguidillas de las "vasallas" con motivo de la entrada de Carlos III en Madrid

Lorenzo Quirós - Entrada de Carlos III por la calle de las Platerías en Madrid

El 11 de septiembre de 1759 se celebró en Madrid la llegada del rey Carlos III a su regreso de Nápoles tras ejercer su reinado con el nombre de Carlos VII durante nada menos que 25 años. Carlos III (1716-1788), era hijo de Felipe V e Isabel de Farnesio, segunda esposa del rey borbón nacida en la ciudad italiana de Parma. Carlos era, pues, el hermanastro de los anteriores tres hijos varones de quien fue la primera esposa del monarca María Luisa Gabriela de Saboya: Luis, Felipe Pedro y Fernando. 

Las posibilidades de que Carlos llegase a ser rey de la corona española eran muy remotas, ya que tenía por delante a sus hermanastros. Las circunstancias, sin embargo, se fueron poniendo a su favor de forma progresiva, ya que Felipe Pedro murió con apenas 7 años en 1719. Luis, que llegó a ser rey de España bajo el nombre de Luis I, falleció tras un efímero reinado que ni siquiera duró un año. Fernando, su otro hermanastro, reinó durante trece años como Fernando VI, hasta que falleció en 1759 sin dejar descendencia.

Para situar convenientemente todo este trasiego de nombres y derechos sucesorios, conviene recordar que la promulgación en la Pragmática Sanción del 10-V-1713 de la llamada Ley Sálica, establece que la Corona de España será heredada sólo por los descendientes varones por línea de varón de Felipe V, y sólo en el caso de extinguirse todas las líneas de varón, será llamada a la sucesión la descendencia varonil de la Infanta más próxima en parentesco al último Rey.  

Hagamos un pequeño recorrido: el rey Felipe V, en enero de 1724, aquejado de depresiones y de grandes desórdenes mentales, renunció de forma inesperada al trono de España en favor de su hijo Luis. Tras el fallecimiento del tan poco conocido Luis I, sin alcanzar siquiera un año de reinado, su padre se vio obligado a retomar de nuevo el trono español hasta su muerte en 1746 concluyendo sus dos periodos de reinado. El trono español pasó entonces a su hijo Fernando con el nombre de Fernando VI. Pero fue, tras la muerte de Fernando sin descendencia en el año 1759, cuando entró en juego su hermanastro Carlos, aunque anteriormente ejerció en la corona europea como Carlos VII de Nápoles y Carlos V de Sicilia. Tras la muerte de Fernando VI, asumió la regencia la reina madre Isabel de Farnesio donde tuvo la oportunidad de declarar como nuevo rey a su hijo, tras ocupar desde su nacimiento un puesto de infante segundón en la línea sucesoria para el trono español. Tras estos acontecimientos Carlos fue proclamado como rey de España en 1759, aunque previamente hubo de renunciar a la corona de Nápoles, ya que los tratados internacionales impedían reunir ambas coronas en la misma cabeza.

A lo largo de tan ajetreado y rocambolesco recorrido en la línea sucesoria al trono de España, su madre, (la "parmesana", que era como se la apodaba por entonces y que hoy nos recordaría de forma divertida a una modalidad de pizza), intervino desde un principio para que su hijo fuese nombrado como rey de Nápoles y de Sicilia, a consecuencia de lo acordado en el Tratado de Utrech donde se cambió el mapa político de Europa poniendo fin a Guerra de Sucesión Española entre los años 1713 y 1715.

La trayectoria de Carlos se resume a través del siguiente cuadro.


En octubre de 1759 partió de la bahía de Nápoles el físicamente poco agraciado monarca, que contaba entonces con 43 años, con hombros caídos, baja estatura y nariz prominente, como queda reflejado en los cuadros donde se le representa. Tras recabar en el puerto de Barcelona se dirigió a la capital madrileña donde se le tributó un brillante recibimiento oficial en ceremonia jalonada por tapices, colgaduras y efímeros arcos triunfales diseñados para la ocasión y suscitando un enorme entusiasmo popular que marcó el inicio de su reinado tras haber pasado numerosos años fuera de España.

Pietro Fabris - Salida de Carlos III de la bahía de Nápoles

Todo lo expuesto anteriormente de forma sucinta y sin duda enrevesada solo tiene por objeto el contextualizar a grandes rasgos el contenido del pliego reproducido que trata de las seguidillas que le cantaron "las vasallas" madrileñas a su llegada a Madrid procedente de Nápoles.

A Carlos III se le achaca un gran talento político y sentido del deber. Aunque de una forma un tanto controvertida se le conoce como el mejor alcalde de Madrid, paradigma del reformismo ilustrado y artífice de reformas administrativas y urbanísticas de la ciudad al rodearse por ilustrados y competentes ministros y colaboradores.

Con motivo de la llegada del nuevo monarca a Madrid las calles por donde había de pasar el rey se engalanaron profusamente para exaltar su llegada en una gran escenografía recogida en variados lienzos, como los que pintó Lorenzo Quirós, de los que reproduzco algunas de las muestras que pertenecieron en su día a la colección reunida por Manuel Godoy.

Lorenzo Quirós - Proclamación de Carlos III en la Plaza Mayor

Lorenzo Quirós - Entrada de Carlos III por la calle de Carretas

El pliego que nos ocupa recoge una serie de seguidillas laudatorias a la entrada del nuevo rey Carlos III cantadas por las autoproclamadas vassallas y apasionadas matritenses, vecinas de los barrios de Maravillas, Barquillo, y Labapies.

En el pliego se menciona también a la mujer del nuevo rey, nacida en Polonia, a algunos de los 13 hijos de los nuevos monarcas españoles y a conocidos personajes con títulos nobiliarios.





©Antonio Lorenzo