Si el día 25 de julio, fecha de la celebración del apóstol Santiago como patrón de España, cae en domingo, dicho año tiene el privilegio de ser declarado como Año Santo Compostelano. Esta singular prerrogativa fue concedida por vez primera hacia 1122 por el Papa Calixto II. De ello se tiene conocimiento gracias a otra bula de 1179, ésta sí conservada: la
Regis aeterni del Papa Alejandro III confirmando el privilegio otorgado a la Catedral por el Papa Calixto II (1118-1124).
Los años jubilares compostelanos se celebran cíclicamente según las variaciones motivadas por los años bisiestos, por lo que se celebran cada 11, 5 o 6 años dependiendo del año en cuestión. El jubileo comienza oficialmente el día 31 de diciembre del año anterior con el ritual de apertura de la Puerta Santa que marca el inicio del año jubilar, concluyendo el 31 de diciembre del año siguiente, donde es posible ganar el jubileo durante cualquier día de dicho periodo.
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Puerta Santa de la catedral de Santiago (31 de diciembre de 2020) |
La cadencia anual de celebración del Año Santo Compostelano varía según los años bisiestos, lo que impide que se cumpla de forma continuada teniendo en cuenta, además, la reforma gregoriana del año 1582, donde se trataron de ajustar los variados desfases del hasta entonces vigente calendario juliano.
El año jubilar consiste en un tiempo especial de gracia durante el cual es posible obtener una indulgencia plenaria para el perdón de la pena que merecen los pecados cometidos, siempre mediante una serie de condiciones que hay que cumplir:
1) Visitar la Catedral de Santiago donde se conservan los restos de Santiago el Mayor.
2) Rezar alguna oración (al menos, el Credo, el Padrenuestro y pedir por las intenciones del Papa). También se recomienda asistir a la Santa Misa.
3) Recibir los sacramentos de la penitencia y de la comunión, ya sean 15 días antes o después.
Debido a la situación de pandemia y a que las peregrinaciones a Santiago se vieran seriamente afectadas, aparte del combinado de celebración religiosa y turismo-cultural, el actual papa Francisco decretó el día 1 de diciembre del pasado año 2020 la prolongación del año jubilar durante dos años a consecuencia del Cobid 19 [sic] y de las circunstancias excepcionales causadas por la enfermedad epidémica, según se recoge en el decreto de la Penitenciaría Apostólica.
Solo se conoce un precedente de la prórroga durante dos años del año jubilar como consecuencia de la Guerra Civil española, con el bienio santo de 1937-1938, concedido por el papa Pío XI, donde la figura de Santiago se utilizó como unificador de un renacido símbolo patrio.
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Ceremonia de apertura de la Puerta Santa en 1937. Foto: Ksado/Archivo |
Santiago el Mayor fue uno de los doce apóstoles (Mt 10,2 y Hch 1,13); hijo de un pescador de nombre Zebedeo (Mt 4,21) y de una seguidora de Jesús, de nombre Salomé. Hermano primogénito de san Juan Evangelista, no de Santiago el Menor, al que suele atribuirse como su hermano pequeño. Junto con Juan fue llamado por Cristo para convertirse, junto con Pedro y Andrés, en uno de los doce apóstoles.
La leyenda sobre la evangelización de Hispania por Santiago el Mayor es apócrifa y carece de verosimilitud histórica. Desde un punto de vista historiográfico, al margen del profundo respeto a la devoción religiosa popular, no se sostienen las diferentes leyendas sobre su evangelización en la península, impregnadas de desajustes e interpolaciones, de igual modo que se conserven sus restos en un sepulcro en Santiago de Compostela.
La leyenda recoge las distintas ciudades donde evangelizó Santiago tras su desembarco en Cartagena, donde recibió la aparición de la Virgen del Pilar a su paso por Zaragoza, como recoge el siguiente grabado del siglo XVII.
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Santiago predica la fe en ciudades españolas. Grabado de Diego de Astor (s. XVII) |
Al margen de que no exista prueba historiográfica alguna sobre la evangelización en España de Santiago el Mayor, su culto y popularidad se funda principalmente en la peregrinación a Santiago de Compostela al ser proclamado como patrón de España y baluarte indiscutible durante la controvertida «Reconquista» contra los enemigos musulmanes a partir de la legendaria batalla de Clavijo en el 930 al grito de guerra ¡Santiago y cierra España! de los ejércitos cristianos.
De Santiago Matamoros a Santiago mataflores
La iconografía de Santiago se basa principalmente en tres motivos iconográficos: la de Santiago como apóstol, como peregrino y como guerrero (Santiago Matamoros).
Aparte de representarlo como apóstol o peregrino existe una amplia iconografía donde aparece montado en un caballo, ya fuera vestido de peregrino o con armadura militar, blandiendo una espada y dando muerte sin contemplaciones y con saña a los enemigos de los cristianos. Es claro que su iconografía se puso al servicio de intereses políticos y religiosos, donde el poder de la imagen para una sociedad analfabeta resultaba vital como medio propagandístico y consolidación de un mito como elemento aglutinador de una identidad frente a lo diferente.
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Tímpano de la iglesia de Santiago en Betanzos |
Un ejemplo de ello es la talla policromada que data del siglo XVIII y es obra del escultor José Gambino y que podía contemplarse en una nave lateral de la basílica, escenifica la legendaria aparición del hijo del Zebedeo vestido de peregrino y a lomos de un caballo blanco en la histórica batalla de Clavijo. Precisamente, se atribuye al Apóstol Santiago el triunfo de los cristianos frente a los musulmanes en el combate de reconquista de la Península Ibérica. De ahí que fuese designado como patrón de las Españas.
La imagen de un Santiago Matamoros es una clara manifestación xenófoba de dominación frente a lo considerado como enemigo o diferente. De ahí que la emblemática imagen de Santiago Matamoros fuese retirada a otro lugar más discreto de la basílica con el fin de no herir sensibilidades o ser provocadora de algún conflicto, pasando de ser Santiago Matamoros a Santiago mataflores.
No solo se conoce iconográficamente a Santiago como Matamoros, sino que a raíz de la «conquista» americana se le representa como Santiago Mataindios, resignificando su imagen, e incluso como Santiago Mataespañoles según representaciones como símbolo de resistencia para mantener las creencias precolombinas tras la independencia de las colonias americanas en el siglo XIX.
La alteridad musulmana pasó a identificarse con la alteridad indígena, siendo ambas, aunque cada una en su contexto, como lo opuesto a la cristiandad.
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Santiago Matapatriotas, Quito, Principios del s. XIX |
©Antonio Lorenzo