son escaleras
que en el cielo se ponen,
y al suelo llegan. (Vuelta segunda)
El sueño de Jacob |
El sueño de Jacob |
Azulejos de la iglesia San Juan del Hospital (Valencia) |
Observaciones del explorador y cosmógrafo Américo Vespucio (1454-1512) |
«Cálculo que, observando las variaciones atmosféricas en los doce, dieciocho o veinticuatro primeros días de enero o de agosto, forma el vulgo para pronosticar el tiempo que ha de hacer durante cada uno de los meses del mismo año o del siguiente».
Agosto está en el secretode doce meses completo.
Otro dicho popular alude a que en el mes de agosto ya se encuentran los higos en sazón:
El mes de las cabañuelas
es el mes de las higueras.
Los doce días de agosto, en plena estación veraniega, contrastan con las más habituales predicciones invernales entre la Navidad y Epifanía, lo que viene a sugerir una difícil interpretación y contextualización con lo sabiamente apuntado por el ilustre Mircea Eliade (1907-1986) en El Mito del eterno retorno. Arquetipos y repetición. (Madrid, Alianza editorial, 1996; original de 1949).
Las cabañuelas, como antiguo método para la predicción del tiempo, guarda relación terminológica con la fiesta judía de Los Tabernáculos (o de las cabañas) en su celebración ceremonial durante siete días para rememorar los cuarenta años de peregrinación del pueblo de Israel por el desierto antes de llegar a la tierra de promisión, según se recoge el Tomo II del Diccionario de Autoridades (1729).
Tras este breve repaso resulta de interés comprobar cómo estas predicciones fueron recogidas en almanaques y calendarios, como en las páginas entresacadas que reproduzco para el año 1885, editado el año anterior en la localidad pacense de Fregenal de la Sierra, con un interesante recorrido sobre las diversas fechas asociadas a las cabañuelas.
En la portada de este Calendario popular, aunque figuran solamente las iniciales de su autor L. R. y E., corresponden al folklorista Luis Romero y Espinosa (1852-1891). La recopilación está dedicada a don Antonio Machado y Álvarez (Demófilo), iniciador de los estudios del folklore español y padre de los hermanos Machado.
Este Calendario popular goza de interés añadido por representar un valioso ejemplo de los inicios de los estudios folclóricos en España, donde Demófilo creó en 1881 en Sevilla el Folk-Lore Andaluz, y un año más tarde Romero y Espinosa, siguiendo los pasos de su amigo y maestro, creó como sociedad el Folk-Lore Frexnense, para el estudio folklórico con sede inicial en Fregenal de la Sierra (Badajoz), importante foco cultural que contó con magníficos colaboradores. Romero y Espinosa, a pesar de no ser muy conocido y fallecer con apenas 39 años, es uno de los folkloristas que más han contribuido durante el último cuarto del siglo XIX en el estudio y difusión de la cultura popular extremeña.
La sociedad de Folk-Lore Fraxinense se constituyó en Fregenal de la Sierra (Badajoz) el día 11 de junio de 1882, siendo presidente honorario Vicente Barrantes y presidente efectivo Luis Romero y Espinosa, recopilador de este magnífico Calendario Popular donde se incluye toda una amalgama de aspectos folklóricos y de sabiduría popular.
Un dato de interés sobre la obra recopilatoria de Luis Romero es la moderna edición de El refranero de agricultura, tras el hallazgo de una prueba de imprenta, nunca editada, hasta su valiosa recuperación por Juan R. Pastor y Juan Andrés Serrano, publicada en Saber popular, revista extremeña de folklore, nº 3, 1988.
Reproduzco las páginas donde se alude a las creencias de las cabañuelas y donde se nos ofrece un muy interesante recorrido sobre los diferentes cómputos predictivos de estas creencias basadas en las variadas técnicas de observación donde, entre otras, se tenían en cuenta las nubes, el viento o el comportamiento y el vuelo de las aves.
Este Calendario Popular se custodia en la Biblioteca Virtual del Patrimonio Bibliográfico, del Ministerio de Cultura y Deporte.
La paremiología, como rama del folklore y de la lingüística, constituye todo un caudal riquísimo de sabiduría popular. Los refranes tienen su origen en la más remota antigüedad alcanzando su desarrollo entre nosotros a finales del siglo XV y comienzos del XVI, a los que Juan de Mal Lara los etiquetó en su obra como Fhilosofía Vulgar (1568), ya que entonces eran de uso frecuente por gentes de toda clase de condiciones sociales, aunque en realidad el término "vulgar" no deja de ser discriminatorio y subjetivo, al igual que ocurre con la diferenciación entre el considerado como romancero tradicional frente al romancero vulgar. Esta rama del folklore es común en toda Europa siendo sus cultivadores entre nosotros figuras tan notables como el Marqués de Santillana, Timoneda, Gonzalo Correas. Rodríguez Marín o José María Sbarbi y Osuna (1834-1910), este último como gran estudioso y considerado como "Padre del refranero" y que precisamente es el recopilador de estos primeros refranes que reproduzco, aunque no figure su nombre en su recopilación de 1862, ya que en ella adoptó el pseudónimo de "El buen Sancho de España".
Las recopilaciones de paremias, como unidades lingüísticas estables, a pesar de ser abundantes y desperdigadas en el tiempo y clasificación, constituyen verdaderos tesoros de los que echamos en falta un mejor conocimiento generalista en la sociedad actual, ya sea por su paulatina desaparición en los diccionarios académicos y por el desvanecimiento de su uso como útiles elementos didácticos en la enseñanza.
La primera obra conocida de autor anónimo fue impresa en Burgos en el año 1509, titulada Refranes famosíssimos y provechosos, glosados, dividido en doce capítulos con un total de 244 refranes glosados. La obra es germen de tantos y fundamentales colecciones de refranes posteriores. Se trata de la primera obra paremiológica con glosa o comentario que se publicó en España y de la que se conserva una única copia custodiada en la Biblioteca Histórica Municipal de Madrid.
©Antonio Lorenzo
Callen con diez mil demoniosno armen tanta confusióndijo el español; aguardenque yo diga mi opinión.Diré pues respecto a Españatodo lo que pasará,según demuestra el Cometasiendo la pura verdad.