domingo, 1 de junio de 2014

Pliegos de aleluyas: Los juegos de la infancia


Las llamadas aleluyas (aucas en el ámbito lingüístico catalán) son un ejemplo de literatura gráfica o de imagen que consisten en un conjunto de 48 viñetas (aleluyas), impresas por una sola cara, que forman una serie y suelen estas acompañadas de unos versos octosílabos pareados al pie de cada viñeta. Aunque pueden presentar variantes, tanto en el número de viñetas como en la forma métrica que acompaña el pie, el arquetipo suele ser el mencionado de 48 viñetas en filas de seis con su correspondiente dístico.

Vemos, pues, como se conjugan el elemento gráfico con un incipiente discurso verbal cuyos fines y motivos suelen ser muy variados: desde aspectos costumbristas, de artes y oficios, de juegos infantiles, de biografías de personajes reales o literarios, hazañas de bandoleros o toreros o hechos de la historia sagrada, entre otros muchos.

El término de aleluya parece ser que proviene de unas estampitas recortadas donde figuraba impresa la palabra 'alleluia' y que se distribuían y se lanzaban a la calle desde los balcones o ventanas a los asistentes al paso de la procesión del Corpus o en los oficios del Sábado Santo. De ahí pasó a ejercer una función informativa y narrativa de fácil lectura y aprendizaje (ya que son fácilmente memorizadas y pueden repetirse en voz alta) para satisfacer el deseo de lectura de un público, más o menos iletrado, con el soporte añadido de un gráfico explicativo.

Los centros de producción de estos pliegos de aleluyas se centran casi con exclusividad en Cataluña y en el país valenciano, aunque posteriormente y a imitación de los modelos catalanes y valencianos se editaron también en Madrid (imprentas de Marés, Minuesa o Hernando).

La tipología de aleluyas es variada, pues también las hay mudas o sin texto, y los grabados van evolucionando de las xilografías (tacos de madera) a técnicas más sofisticadas, como las litografías en piedra caliza y otras técnicas gráficas.

Desde mediados del siglo XIX se conocen estas formas impresas donde se combinan la imagen y el texto y donde no siempre tienen un afán didáctico sino que también acogen temáticas de burlas o sátiras o de acontecimientos relevantes a modo de antecedentes del comic, las foto-novelas o la prensa gráfica.

Los versos ramplones, que muchas veces mueven a risa, son aptos para una memorización inmediata ya que suelen guardar una secuenciación temporal en su progresión narrativa. Igual sucede con los cromos coleccionables que siguen un orden sucesivo, cual viñetas desgajadas y ordenadas secuencialmente, lo que constituye una forma de 'lectura' de doble vertiente al conjugar el discurso gráfico y el textual.

No hay que confundir estos pliegos de aleluyas con el cartelón de ciego o de feria, ya que la temática de los mismos está asociada fundamentalmente al tremendismo y a relatar crímenes horrorosos o sensacionalistas donde el ciego, buhonero o narrador ocasional va señalando con una vara cada viñeta a medida que va recitando los versos pertinentes, en un afán más recaudatorio que didáctico, ante un público ávido de sensaciones fuertes.


Sacado del blog: lamedusapaca.blogspot.com
El propósito de la reproducción de estos pliegos de aleluyas, tanto en esta primera entrada como en las sucesivas, no es otro que el meramente ilustrativo para un público interesado o simplemente curioso.

Como primer ejemplo reproduzco un pliego de aleluyas editado en Valencia en 1857 y dedicado a los juegos de la infancia.

Para que se pueda apreciar mejor tanto la ilustración como el texto que la acompaña he decidido recortar el pliego en cuatro secciones y ofrecerlo en su forma completa al final.







Antonio Lorenzo

miércoles, 28 de mayo de 2014

Trovos nuevos para cantar los galanes a sus queridas damas


El trasiego de pliegos de unas imprentas a otras para su comercialización no es infrecuente. Otra cosa es el intercambio de los tacos de bojes que servían para ilustrar gráficamente los pliegos y que, por lo general, eran celosamente guardados siendo señal y distintivo de cada imprenta.

El pliego que reproduzco, y según consta en el pie, está editado por la imprenta turolense de Alcañiz por Ulpiano Huerta y se halla también a la venta en la Casa Vidal en Reus en 1866. Este puede ser un caso de comercialización por acuerdo entre dos imprentas. Hay que tener en cuenta que la distancia entre las dos poblaciones no es excesiva, lo que permitiría llegar a determinados acuerdos para difundir e incrementar las ventas de sus respectivos productos o bien llegar a acuerdos sobre los 'propietarios' o 'licencias' de impresión.

El pliego recoge coplas de carácter amoroso añadiendo al final otras de carácter escatológico, tan del gusto popular, como las que transcribo:

  “Una vieja se pedió
  en las Islas Filipinas
  del estampido que dio
  se llevó once mil esquinas.
  Seis batallones hirió
  muchos de ellos hay sin cura
  todo el mundo se aturdió,
  encima una sepultura
  una vieja se pedió”….

En la tradición oral han pervivido numerosas coplas, chascarrillos, adivinanzas o refranes más o menos soeces sobre temas excrementicios. Este cancionero escatológico ha sido ocultado o censurado, por lo general, por antiguos o remilgados folkloristas y recopiladores de tradiciones orales por considerar estas manifestaciones como indecorosas o de mal gusto. Sin embargo, existe una larga tradición literaria que pasa por la Edad Media, el Renacimiento y el Siglo de Oro, cuyo más célebre exponente son las 'Gracias y desgracias del ojo del culo' (1620-1626) de Quevedo, que se ha venido reimprimiendo ininterrumpidamente hasta nuestros días.

Un brevísimo ejemplo de coplas recogidas por tradición oral sobre el motivo de  'la vieja cagona' son las siguientes:

                               Una vieja se comió
                               siete kilos de judías,
                               y su culo parecía
                               un cañón de artillería.

                              Una vieja se comió
                              siete kilos de sardinas,
                              y toda la noche estuvo
                              sacando del culo espinas.

                              Una vieja en el corral
                              se ha tirao un peo mu gordo,
                              ha matao siete gallinas
                              y al guarro lo ha dejao sordo.

                              Una vieja muy revieja
                              con un pedo mató a un burro,
                              ¡vaya demonio de vieja
                              cuánta fortaleza tuvo!
                          
                              Una vieja tiró un pedo
                              al pie del canto una olla
                              y salieron los garbanzos
                              pidiendo misericordia.







Antonio Lorenzo


domingo, 25 de mayo de 2014

Andrés Vázquez y sus hermanos bandoleros


De la imprenta y librería madrileña de Andrés de Sotos, en la calle de Bordadores, reproduzco el pliego, sin año, donde se describen y narran los numerosos crímenes de estos siete hermanos, capitaneados por Andrés Vázquez, 'sucedidos en el presente año', conocida fórmula intemporal para  prolongar su venta a lo largo del tiempo. Los hechos asombrosos e inverosímiles de estos siete hermanos, naturales de Cazalla, se extienden a lo largo y ancho de la geografía peninsular en un sinfín de hechos delictivos. La relación de lugares donde cometen sus crímenes y fechorías no dejan de llamarnos la atención por lo desmesurado: Cantillana, Córdoba, Granada, Cartagena, Murcia, Valencia, Alicante, Orihuela, Cuenca, Atienza, Soria, Tortosa, Zaragoza, Pamplona, La Rioja, Bilbao, Asturias, León, Madrid, Toledo… siendo capturados, al fin,  en la provincia de Ciudad Real donde fueron ejecutados tras la confesión de sus fechorías:

     “Ciento y dos muertes hicimos,
     robamos catorce Iglesias,
     veinte casadas forzamos,
     solteras mas de quarenta,
     los robos son infinitos,
     con insultos, y torpezas”.

Como suele ser habitual en este tipo de pliegos, antes de morir ahorcados los criminales muestran gran arrepentimiento y alertan a los padres para que eduquen bien a sus hijos y no acaben como ellos.

El éxito del pliego de Andrés Vázquez sus hermanos 'vandoleros' tiene el precedente de la cita que he encontrado del Barón Davillier, quien en su célebre 'Viaje por España' (aparecido primero por entregas entre 1862 y 1873), viaje en el que estuvo acompañado por el pintor e ilustrador Gustavo Doré, nos dice que compró en Carmona la canción andaluza titulada 'el bandolero' y comenta que en las calles se vendían por dos cuartos pliegos sobre las vidas de Diego Corientes, Orejitas, Palillos, los siete niños de Écija, así como el reproducido de los siete hermanos bandoleros, editado seguramente por alguna imprenta andaluza.







Antonio Lorenzo

domingo, 18 de mayo de 2014

Coplas del bolero donde se declara cómo el bolero tiene engañadas a las danzarinas boleras

Baile de majos
De la imprenta madrileña de Agapito Fernández Figueroa, de la calle de las Aguas, reproduzco este interesante pliego donde se recogen los consejos que ofrece el Bolero quién, a modo de narrador omnisciente, describe cómo las danzarinas boleras de los castizos barrios madrileños de Lavapiés, Chamberí, Barquillo y Maravillas, se las componen para 'limpiar la faltriquera' a los mocitos incautos y advirtiendo a éstos para que no se casen con ellas si no quieren verse pobres y sin fortuna.

El pliego concluye con la clásica petición al auditorio de algunas monedas para el pobre que lo ha cantado.

“…Compre este papel,
pues aquí se vende,
compre este papel
todo aficionado:
compre este papel
y afloxe la bolsa:
compre este papel
quien le haya gustado”.

Aunque en el pie de imprenta no figura la fecha puede deducirse por el tono y el asunto que se corresponde con las modas de la ya bien entrada segunda mitad del siglo XVIII o de los primeros años del XIX, donde el llamado 'majismo' imperaba en el Madrid de aquel tiempo. El bolero, que comenzó como réplica de la contradanza francesa, acabó convirtiéndose en lo que sería una escuela clásica de danza. De origen popular, el bolero pasó de la calle a los salones de baile de las clases adineradas, cosa que no sucedió con otros bailes populares como la jota o el fandango, por ejemplo.

El 'majismo madrileño', como movimiento popular, guarda una estrecha relación con el 'andalucismo o majismo andaluz' donde los majos y majas aparecen repetidamente como personajes centrales en las tonadillas del siglo XVIII, de tanto éxito en la capital. El majo o maja pertenecen a las clases populares madrileñas. Su etimología parece provenir de los 'mayos' y 'mayas', fiesta donde se celebraba la llegada de la primavera de honda y antigua raigambre. Del majismo, como fenómeno popular urbano frente al rural, surgieron luego otras variantes como el 'manolismo', los 'chisperos' y 'curtidores', con características superpuestas propias, pero que nos alejaría del tema que tratamos.

El majo madrileño no es propiamente el 'guapo matón' o el 'bravo arriscado' que suele aparecer en la literatura de ambiente andaluz, aunque guarden cierta relación, sino que se trata de personajes ataviados a 'lo goyesco', de finas y afectadas maneras, tan bien ilustradas en las pinturas y tapices de Goya. Boleros, seguidillas y fandangos se convirtieron en los bailes de moda desde la década de 1750 en adelante. El majismo, en fin, puede considerarse también como una reacción patriótica frente a lo extranjero.

Recojo algunas citas textuales entresacadas de la interesante y muy desconocida obra del hispanista y erudito alemán Adolf Friedrich von Schack (1815-1894) donde comenta ciertos aspectos que vienen al caso y que resultan de interés por las fechas en que fueron escritas.


"El Bolero, que se diferencia de los anteriores por la mayor viveza de sus movimientos, de cuya particularidad viene su nombre, debió inventarse hacia el año de 1780 por D. Sebastián Cerezo, celebérrimo bailarín de aquel tiempo. Añádanse también á éstos La Jota aragonesa, que se baila por tres personas; Las Sevillanas; Las Manchegas, especie de bolero; El Chairo, etc.".
"Lope de Vega se queja, en La Dorotea, de que hayan caído en tal desuso bailes antiguos, como La Gibadina y La Alemanda, que ya en su tiempo no se conocían bien; y dos siglos después hace lo mismo otro celoso defensor de las costumbres nacionales españolas contra los afrancesados, respecto de La Zarabanda, La Chacona, El Escarramán, El Zorongo y otros de este jaez . No nos es posible dar hoy una descripción acabada de estos bailes, de que tanto hablan los antiguos escritores españoles; pero por lo que puede rastrearse de sus indicaciones aisladas, se asemejaban en lo esencial al tipo común, de donde salieron La Jota, El Bolero, El Fandango y otros de la misma especie, más ó menos licenciosos".
"En poco tiempo se extendieron las seguidillas desde la Mancha, su patria, por todas las provincias españolas. El Fandango, El Bolero, La Tirana, El Polo y otros bailes más sonados en los últimos tiempos que la seguidilla, son modificaciones ligeras de ésta, y tan parecidas a ella, que es necesario tener una vista muy ejercitada para distinguirlos".
[Adolf Friedrich von Schack: 'Historia de la literatura y del arte dramático en España', (1845-1846), tomo II].





Antonio Lorenzo

sábado, 10 de mayo de 2014

Seguidillas divertidas arregladas a la música del día


De la imprenta vallisoletana de Julián Pastor, de la que apenas hemos obtenido datos, sabemos que ya editaban desde el año 1833 y que estuvieron establecidos en la calle cantarranas, 26 y en la calle del cañuelo, 13. Su producción de pliegos de cordel no parece que haya sido muy abundante, aunque sí editaron varios reglamentos sobre la 'Caja de Socorros agrícolas de Castilla la Vieja' (1846), donde los labradores acreditados podían solicitar préstamos y guardar su producción durante determinados plazos, así como textos sobre lingüística y gramática castellana, textos de carácter legal, e incluso un drama histórico en cinco actos de nombre 'Sáfira' (1842) de la escritora Manuela Cambronero de La Peña o el 'Catecismo de la doctrina cristiana' (1839) con explicaciones del Astete que convienen igualmente al Ripalda, sin olvidar un curioso álbum patriótico escolar con motivo de la guerra de Marruecos de 1859.


 Sin llegar a la abundante producción de pliegos de la Casa Santarén, editaron de forma ocasional algunos pliegos o reimpresiones de otros. Uno de ellos es el que reproduzco donde se recogen unas seguidillas, con tintes pícaros y misóginos, 'arregladas a la música del día' de la que nada se puede precisar. En el pliego no figura ni el año de edición ni la dirección del establecimiento. 






Antonio Lorenzo

domingo, 4 de mayo de 2014

Elogio en décimas al famoso torero Pedro Romero por la acción que practicó dando muerte a un toro que subió a los andamios evitando muchas desgracias


En el número de la prestigiosa revista taurina La Lidia del 13 de abril de 1882, Luis Carmena y Millán (1845-1904) contestaba al artículo 'Desde la talanquera' del Doctor Thebussen (de nombre real Mariano Pardo de Figueroa (1828-1918), afamado cervantista, ocasional colaborador taurino, filatélico y gastrónomo), con el escrito titulado 'Un hecho notable de Pedro Romero' donde aportaba unas curiosas y desconocidas décimas que encontró en un pliego de cordel sobre el célebre torero rondeño y que constituyen el motivo de estas líneas y que paso a reproducir por su interés. 

Antes de ello, transcribo del citado artículo las opiniones de Luis Carmena sobre el afamado diestro y su distinta manera de concebir el toreo frente al practicado por su antagonista sevillano Pepe-Hillo.

“Todas las biografías del ínclito matador rondeño, se deshacen en elogios del aplomo, la pericia, el valor, las facultades, en fin, del que fue considerado en su época como el ‘Fénix de los toreros’. Son objeto preferente de sus investigaciones y juicios, las competencias de nuestro héroe con el renombrado Hillo, ídolo de chisperos, manolas y tablajeros, así como de la parte más corrompida de la aristocracia; conviniendo todos en que el arte metodizado y el valor sereno del Sr. Pedro, triunfaban siempre de los gallardos y fogosos arrebatos de su adversario, que explican su desastroso fin acaecido en el coso madrileño a los once días del mes de Mayo de 1801”.

“… Hay, sin embargo, un suceso, de que ni historiadores ni biógrafos han dado cuenta, cual es el de la muerte que dio a un toro que subió a los andamios y estuvo a punto de causar numerosas desgracias. Cayó en mis manos hace poco tiempo un pliego en 4.º, de cuatro páginas, sumamente raro, impreso a fines del siglo pasado, en que se celebra aquel acto de arrojo; y aunque han sido inútiles hasta ahora mis pesquisas para precisar si el suceso acaeció en la Plaza de Madrid o en alguna provincia y determinar con exactitud el año, ofrece, en mi sentir, el documento interés suficiente para que sea conocido y contribuya en adelante a ilustrar las biografías del diestro”.

Retrato de Pedro Romero por Goya
La revista La Lidia (1882) fue la revista más importante del periodismo taurino español del siglo XIX. En dicha revista, editada con importantes adelantos técnicos para la época como la cromolitografía a todo color, recogía en sus artículos la reseña de las corridas efectuadas, no sólo en Madrid sino también en las principales ferias de provincias, hasta su infortunada desaparición el 25 de noviembre de 1900 tras 18 años ininterrumpidos de información taurina.

Las décimas que reproduzco están sacadas y escaneadas directamente de la revista, aunque sabemos que fueron reeditadas por la Unión de bibliófilos taurinos, fundada en 1954, y que entre sus actividades figuraba la edición de materiales taurinos en cuidadas ediciones y de tiradas limitadas a 200 ejemplares, por lo que resultan de difícil acceso a un público general. La edición lleva por título 'Dos pliegos de cordel', que no he logrado ver, al cuidado de Diego Ruiz Morales y editada en Madrid en 1965.

4º menor, 21 p. Edición numerada y nominada de 200 ejemplares. Papel hilo, barbas. Rústica, Intonso. Edición de un impreso sin fecha, de fines del s. XVIII, con las décimas Elogio al famoso Pedro Romero, y los versos Lamentos a la muerte de Josef Delgado, impreso en 1801. El nombre del autor no figura en la portada; pero el escrito introductorio está firmado D.R.M. 






Si Luis Carmena y Millán se lamentaba de no haber podido precisar la plaza donde supuestamente se produjeron estos hechos, ha venido en nuestra ayuda una noticia aparecida y encontrada en el Diario Noticioso, Curioso-Erudito y Comercial Público y Económico, primer diario español fundado por Francisco Mariano Nipho (1719-1803), que concebido como periódico generalista apareció en 1758 y se mantuvo hasta 1918, si bien con diferentes cabeceras y contenidos, como el Diario de Madrid o el Diario Oficial de Avisos de Madrid.

En dicho diario se contemplaban noticias y opiniones junto a secciones fijas, textos en verso, noticias de ventas y alquileres y curiosidades de todo tipo.

Pues bien, en el número del viernes 5 de octubre de 1787 se recogía la venta de este pliego en la librería de Arribas, situando la acción del diestro rondeño en la plaza de Cádiz, lo que nos ilumina sobre el lugar y la fecha aproximada de la edición de este curioso pliego.





Antonio Lorenzo

lunes, 28 de abril de 2014

Apuntes sobre impresores y estamperos populares: de Juan Jolis a la Viuda de Pla + Afectos de un amante para pintar la hermosura de su dama


Las composiciones impresas como el romancero, las imágenes, aleluyas y gozos, adquirieron una gran importancia en Cataluña durante el siglo XVIII y XIX. A pesar de que todavía son escasos o parciales los estudios sobre estas pequeñas imprentas dedicadas a esta actividad sabemos que en los últimos años del siglo XVII y principios del XVIII existía un numero considerable de imprentas que continuaron con su negocio hasta bien avanzado el siglo XIX. Obviamente, se aprecian cambios en el gusto del público que va variando, aunque muy lentamente, con el paso tiempo, lo que acrecienta el interés de estas publicaciones efímeras como soporte y canalización de la llamada ‘cultura y mentalidad popular’. 

Lo que parece cierto es que la edición, distribución y venta de esta mercancía de pliegos significó un aceptable negocio si consideramos su desarrollo y duración temporal. Frente a las quejas de escritores y editores, digamos profesionales, estos pliegos carecían por lo general de cualquier tipo de licencia de impresión y la repetición de los temas antiguos, aunque remozados y adaptados a los nuevos tiempos, continuaban siendo vigentes y apreciados por el público consumidor. 

El impresor Juan Jolis, padre (Juan Jolis San Juan), se estableció en Barcelona sobre el año 1676 especializándose en la decoración de impresos y en los tacos de boj para ilustrar las pequeñas ediciones de su establecimiento de romances, láminas impresas y decoradas de la Virgen o de los santos que se vendían en las puertas de las iglesias, así como la edición de folletos de encargo. 

Juan Jolis se casó con María Oliver en 1676, de cuyo matrimonio nacieron siete hijos, de los cuales, el llamado también Juan como el padre, nacido en 1697, continuó con el establecimiento de su padre al fallecer éste en 1705, hasta el año 1759. 

Los herederos de Juan Jolis, que aparecen en los pies de imprenta, corresponden al periodo donde se hizo cargo del establecimiento Isabel, hija del fundador y hermana a su vez de Juan. Isabel Jolis falleció paralítica en el año 1770 y el negocio lo continuó el impresor Bernat Pla, que era trabajador de la casa y que adquirió la colección de los apreciados tacos de madera para ilustrar los pliegos, así como los distintos tipos de letras. 

Bernart Pla muere en el año 1801 y la imprenta pasa a manos de su viuda, que editó entre 1801 a 1827. 

A su vez, los herederos de la Viuda de Pla, editan con ese nombre desde alrededor de 1820 hasta aproximadamente 1860. 

Un resumen de la actividad de esta importante y duradera imprenta es como sigue: 

     * Juan Jolis (padre), edita entre 1680 y 1705 
     * Juan Jolis (hijo), edita entre 1706 y 1759
     * Herederos de Juan Jolis (hijo), editan entre 1760 y 1770
     * Bernat Pla edita entre 1770 y 1801
     * Viuda de Pla edita entre 1801 y 1827
     * Herederos de la Viuda de Pla editan entre 1820 y 1860 aproximadamente.
[Los datos ofrecidos son deudores del estudio de Enrique Rodríguez Cepeda: Romancero impreso en Cataluña (imprenta de J. Jolis a Viuda Pla), Tomo I, Madrid, Ediciones José Porruá Turanzas, 1984]. 
Para ilustrar con un ejemplo de mi colección reproduzco uno de los pliegos editados por la imprenta de Jolis que nos habla de los afectos de un amante para pintar la hermosura de su dama. 

Tanto la orla como el florero que ilustra el colofón del romance nos hace pensar que se trata de uno de los pliegos del taller de Juan Jolis, padre, aunque también pudiera corresponder a la etapa impresora de su hijo del mismo nombre, que heredó los tipos y los tacos de boj. Por otra parte, los dibujos de la portada del pliego son característicos del taller de Jolis: el caballero caminante con capa y espada, la dama que lleva una flor en la mano y el músico con capa y sombrero.






Antonio Lorenzo

jueves, 24 de abril de 2014

Penas de amor [Serie El cantor de los amores, Nº 15]


De la tardía imprenta de Antonio Llorens de Barcelona, este pliego, sin año, de la serie 'El cantor de los amores', Nº 15, con la curiosa y rara particularidad de incorporar la partitura musical.







Antonio Lorenzo

sábado, 19 de abril de 2014

Trovos nuevos + Chasco de una dama a un militar


De la imprenta Santarén de Valladolid reproduzco otro pliego, editado en 1859, con un surtido de coplas para cantar. El pliego incluye también el chasco que ha dado una dama a un militar, que es una adaptación y amplificación de La semana mal empleada, incluida en el pliego que ilustraba la entrada 'Apuntes sobre impresores y estamperos populares', dedicada a la tipografía vallisoletana, y que recogió y cantó la chilena Violeta Parra un siglo más tarde.

El trasiego de composiciones y coplas entre los pliegos es frecuente, incluso entre diferentes ciudades e imprentas, lo que nos da una idea aproximada sobre los gustos del público al mantenerse vigentes durante un tiempo prolongado.







Antonio Lorenzo